España experimentó una gran ola de italianismo que invadió
la literatura y las artes plásticas durante el siglo XVI y que es uno de los
rasgos de identidad del Renacimiento: Garcilaso de la Vega, Juan Boscán y Diego
Hurtado de Mendoza introdujeron el verso endecasílabo italiano y el estrofismo
y los temas del Petrarquismo; Boscán escribió el manifiesto de la nueva escuela
en la Epístola a la duquesa de Soma y tradujo El cortesano de Baltasar de
Castiglione en perfecta prosa castellana; contra estos se levantaron
nacionalistas como Cristóbal de Castillejo o Fray Ambrosio Montesino,
partidarios del octosílabo y de las coplas castellanas, pero igualmente
renacentistas. En la segunda mitad del siglo XVI ambas tendencias coexistieron
y se desarrolló la ascética y la mística, alcanzándose cumbres como las que
representan San Juan de la Cruz, Santa Teresa y Fray Luis de León; el
petrarquismo siguió siendo cultivado por autores como Fernando de Herrera, y un
grupo de jóvenes nuevos autores comenzó a desarrollar un Romancero nuevo, a
veces de tema morisco: Lope de Vega, Luis de Góngora y Miguel de Cervantes; el
mejor poema de épica culta en español fue compuesto en esta época por Alonso de
Ercilla, La Araucana, que narra la conquista de Chile por los españoles, y
entre las figuras excepcionales de la lírica figuran poetas tan interesantes
como Francisco de Aldana, al lado de figuras como Andrés Fernández de Andrada,
los hermanos Bartolomé yLupercio Leonardo de Argensola, Francisco de Rioja,
Rodrigo Caro, Baltasar del Alcázar o Bernardo de Balbuena.
Posteriormente, durante el siglo XVII, la expresión
literaria fue dominada por los movimientos estéticos del conceptismo y del
culteranismo, expresado el primero en la poesía de Francisco de Quevedo y el
segundo en la lírica de Luis de Góngora. El conceptismo se distinguía por la
economía en la forma, a fin de expresar el máximo significado en un mínimo de
palabras; esta complejidad se expresaba sobre todo en paradojas y elipsis. El
culteranismo, por el contrario, extendía la forma de un significado mínimo y se
distinguía por la complejidad sintáctica, por el uso constante delhipérbaton,
que hace muy difícil la lectura, y por la profusión de los elementos
ornamentales y culturalistas en el poema, que debía descifrarse como un enigma.
Ambos parecen sin embargo las caras de una misma moneda que intentaba aquilatar
la expresión para hacerla más difícil y cortesana. Luis de Góngora atrajo a su
estilo a poetas importantes de personalidad muy acusada, como el Conde de
Villamediana, Gabriel Bocángel, sor Juana Inés de la Cruz o Juan de Jáuregui,
mientras que el conceptismo tuvo a seguidores más templados, como el Conde de
Salinas o imbuidos de un culto casticismo, como Lope de Vega o Bernardino de
Rebolledo
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_de_Oro#Poes.C3.ADa
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_de_Oro#Poes.C3.ADa
No hay comentarios:
Publicar un comentario